15 partidos ganando y 35 sin perder son los números de una selección histórica que como hoy ha vuelto a demostrar, juega al fútbol como nadie. Sudáfrica salió a lo suyo sabiendo que ya estaba clasificada para semifinales después del empate de Irak y se defendió como pudo de la Roja que pese a su dominio no materiallizaba sus ocasiones.
Recién empezada la segunda parte Fábregas fue derribado en el área y Villa se encargó de lanzar la pena máxima en la que todos los españoles nos disponíamos a cantar y que para nuestro asombro terminó en manos del portero africano. Dos minutos más tarde con la chispa y la rebeldía que le caracteriza y lo ha hecho grande, David Villa controlaba el balón con el pecho en el área e introducía con una increíble bolea, sin que botase el esférico, dentro de la portería. Un auténtico golazo de un delantero que lleva el instinto goleador en la sangre.
El segundo fue obra del león Llorente que se estrena en este torneo, y del resto del partido poco más se puede decir, tan solo ocasiones para los españoles.
España va de récord en récord, sólo suma, pero no es lo que hace sino cómo lo hace, algo que nos enamora cada día más y nos hace más amantes de este deporte.
Alfredo Andreu, 21 Junio
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