La selección consiguió el tercer puesto por medio de una maniobra fugaz o mejor dicho dos de parte de un jugador que en 4 minutos demostró lo que a otros les ha costado casi todo el campeonato.
Del Bosque sorprendió al sacar un once en el que no había muchos suplentes y mantuvo la delantera con Torres y Villa olvidándose de Xavi el espíritu de la Roja.
La reacción española después de la derrota frente a EEUU era de revancha, sentimiento que le costó conseguir debido a un rival que se mostró muy cerrado y que estaba dispuesto también a otra cosa que no fuera la derrota con el aliciente de que además jugaban con su gente que apoyó a su selección muy efusivamente tocando las famosas trompetas, absurda idea por parte de unos organizadores que las repartían gratuitamente.
Las numerosas acciones que perdonamos excepto un gol anulado a Busquets por un fuera de juego que no era, nos cobraron factura en el minuto 74 con un gol de Mphela que fue sin duda el hombre del partido.
Fue salir Villa y Torres y en 3 minutos la selección por medio de Guiza arregló el resulatado con una remontada propia de un grande. Pero aún nos quedaba una emoción por vivir, de nuevo Mphela marcaba un golazo de falta desde la frontal más allá del minuto 90 que forzaba la prórroga.
El delirio sudafricano quedó contrastado con la incredibilidad de los españoles que vivíamos de nuevo otra pesadilla imprevisible.
España sacó fuerzas del abatimiento y al comienzo de la segunda parte (107') Xabi Alonso vencía a Khune con un tiro libre muy potente de esos que solo él sabe.
Al final nos tendremos que resignar con un tercer puesto en un torneo al que se le esperaba más y sobre todo una final entre la mejor selección del mundo y la pentacampeona mundial.
La selección vuelve a casa con alguna duda y un sentimiento de inconformismo e incertidumbre inmerecido para un vestuario de grandes que sin duda aprenderán de los errores para hacerse más fuertes de cara al mundial.
Alfredo Andreu, 30 Junio
0 comentarios:
Publicar un comentario